Overview: Peruvian and Latin American graffiti has its own distinct artistic style, deeply rooted in social struggle and revolution.
Latin American street art, or graffiti, has its own distinct style, setting it apart from other forms, like those out of the hip hop and urban arts movements.
Speaking with Hygina Bruzzi, a philosopher and artist, a Brazilian graffiti artist noted, “Latin American graffiti has a completely different feeling to it.” That difference lies in the sociopolitical history and culture of Latin America, and the art movements that arose during periods of intense social struggle. These influences separate the work of Latin American graffiti artists, as a group, from their peers.
Latin American street art is often political, reflective of ongoing human rights struggles. Social and political struggle is deeply rooted in Latin American culture, in its complex history.
Centuries of colonial rule, of fighting for personal and national freedom, of authoritarian leadership and revolution – these have had great influence on Latin American culture as a whole.
In past eras of widespread illiteracy, art was a powerful medium for communicating ideas. The artistic styles used to present these portrayals of indigenous cultures and traditions and images of economic and social oppression, came together in an art movement with international influence.
This movement, social realism, rose with the Mexican Revolution (1910-1920) and the work of Mexican muralists, including Diego Rivera, David Siqueiros, and José Orozco.
As the revolution began, Mexico’s illiteracy rate was 72.3 percent, according to data from the United Nations Educational, Scientific, and Cultural Organization (UNESCO). At that time, a mere 5 percent of the population owned 95 percent of the land. It was through art, murals on urban walls, using social realism and the rich colors of traditional indigenous arts, that the goals and ideals of the revolution were communicated to the people.
Magical realism and surrealism moved beyond social realism, embracing mythic and mystic elements, becoming powerful means of connecting the people with the richness of their indigenous heritages.
Artists sought to negate and reject colonial definitions of Latin American peoples, drawing on a deeper past of civilization building, of intellectual and spiritual exploration to define and strengthen cultural identity.
These influences continue to infuse much of Latin American street art today, setting it apart in both style and message from that of North America and the world. Experience authentic art while at a Spanish language school in Peru.
Descripción: El grafiti peruano y latinoamericano tiene su propio estilo artístico, profundamente arraigado en la lucha social y la revolución.
El arte callejero latinoamericano o grafiti, tiene un estilo propio, que lo distingue de otras formas de grafiti – como el del hip hop y y los movimientos artísticos urbanos.
Conversando con Hygina Bruzzi, filósofo y artista, un artista brasileño de grafiti, señaló que el “grafiti latinoamericano produce una impresión totalmente diferente.” Esa diferencia se encuentra en la historia socio-política y en la cultura de América Latina, así como en los movimientos artísticos que surgieron durante los períodos de intensa lucha social. Estas influencias separan el trabajo de los artistas latinoamericanos de grafiti – en su conjunto – de los otros.
El arte callejero de América Latina a menudo es político, reflejo de las continuas luchas por los derechos humanos. La lucha socio-política está profundamente arraigada en la cultura latinoamericana, en su compleja historia.
Los siglos de dominio colonial, de lucha por la libertad personal y nacional, de liderazgo autoritario y de revolución, han tenido una enorme influencia en toda la cultura de América Latina.
Anteriormente, debido al analfabetismo, el arte era un medio poderoso para comunicar ideas. Los estilos artísticos utilizados para representar estas culturas y tradiciones, y las imágenes de la opresión económica y social indígena, se unieron en un movimiento de arte con influencia internacional.
Este movimiento, el realismo social, se levantó con la Revolución Mexicana (1910-1920) y la obra de muralistas mexicanos, como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Orozco.
Cuando comenzó la revolución, la tasa de analfabetismo de México era del 72.3 por ciento, según datos de la Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO). En ese momento, sólo el 5 por ciento de la población poseía el 95 por ciento de la tierra. Fue a través del arte – los murales en las paredes urbanas – con el realismo social y los ricos colores de las artes tradicionales indígenas, que los objetivos e ideales de la revolución se comunicaron a las personas.
El realismo mágico y el surrealismo fueron más allá de realismo social, al abarcar elementos míticos y místicos, convirtiéndose así en poderosos medios de conectar a la gente con la riqueza de su herencia indígena.
Los artistas buscaron negar y rechazar las definiciones coloniales de los pueblos de América Latina, al escudriñar en un pasado más profundo la construcción de la civilización, y al explorar intelectual y espiritualmente la forma de definir y fortalecer la identidad cultural.
Estas influencias siguen predominando en el arte callejero latinoamericano actual, y hacen que se distinga del estilo y mensaje del de Norteamérica y del mundo. Experimenta el arte auténtico, mientras estudias en una escuela de español en Perú.